Saboteur: juego de cartas ágil, dinámico y divertido.
Saboteur es un juego de cartas no coleccionable de los denominados “filler“, es decir, es un juego simple, de partidas cortas, sin reglas enrevesadas, fácil de aprender y de poner en práctica.
Después de haber jugado mucho a juegos densos, como Alta Tensión,
Ciudadelas, Munchkin y otros en los cuales las partidas se suelen
alargar y exigen bastante atención y aprendizaje por parte de los
jugadores, me apetecía investigar juegos al estilo del Gran Dalmuti,
que puedan jugarse por un número más o menos elevado de jugadores sin
que esto suponga una pérdida de ritmo y que tenga unas reglas sencillas a
la vez que atractivas. Tras investigar por foros y webs dedicadas a
estos temas, me interesé por varios, pero el Saboteur me pareció el que cumplía todos los requisitos que yo pedía.
Esto es lo que me gusta de Saboteur:
- Admite de 3 a 10
jugadores, lo cual es un abanico muy amplio que ofrece muchas
posibilidades (muchos juegos muy buenos son sólo para 4 ó 5 jugadores, y
otros llegan ,como máximo, a 6).
- Las partidas son rápidas, dinámicas y atractivas. Unos 30 minutos es lo que anuncia la caja, y se cumple a la perfección.
- Temática y
mecánica de juego atractiva a la par que sencilla. Apta para todos los
públicos, gustará tanto a fans de los juegos como a los jugadores menos
habituales.
- Excelente relación calidad precio, además de tamaño muy transportable.
Ficha.
Nombre: Saboteur.Autor: Frederic Moyersoen
Editado en España por Mercurio.
Precio: 10,5 €
Jugadores: de 3 a 10. Recomendado: Muy bueno con 5 jugadores, con más tiene que ser la risa.
Edad: 8 años en adelante.
Reglas: Reglas del juego y reglas opcionales. Muy cortitas y sencillas. Descarga las reglas en formato PDF (lapecera.org)
Mecánica de juego
La idea del juego es la siguiente: los
jugadores son enanos que trabajan como mineros buscando oro excavando
túneles o saboteadores que obstaculizarán la búsqueda del oro por parte
de los demás. Se reparten los roles a desempeñar -minero o saboteador-
de tal forma de que los jugadores sólo conocen el suyo propio, y deberán
adivinar quiénes son sus compañeros por las acciones y diálogos durante
la partida y tratar de ayudarse entre sí para conseguir el objetivo
común. Los mineros lucharán por construir túneles que
los dirigan hacia el oro, que se encuentra escondido en una de las tres
cartas situadas al final (a siete espacios de distancia de la carta de
comienzo), mientras que los saboteadores tendrán que
ser sutiles y astutos para estropear el trabajo de los mineros. Si los
mineros encuentran el oro, ganan la ronda y reparten el oro según se
explica en las reglas; si se terminan las cartas y no se ha encontrado
el oro, ganan los saboteadores, que reparten una cantidad de oro entre
ellos. El jugador que tenga más pepitas de oro después de tres rondas será el ganador.
Existen unas cartas especiales: derrumbe y mapa. El derrumbe se
utiliza para eliminar una carta de túnel. Puede ser usada por un
saboteador para romper el camino hacia el oro o por los mineros para
eliminar una sección de camino que estorbe el llegar hasta el oro. La
carta de mapa sirve para que ese jugador pueda echar un
vistazo a una de las tres cartas objetivo, situadas al final. Dos de
ellas no tienen premio, mientras que la tercera es la que tiene el oro.
Además existen cartas para romper objetos y repararlos, que pueden ser
usadas sobre cualquier jugador (incluso sobre uno mismo) para favorecer
los objetivos que más te convengan dependiendo de si eres minero o
saboteador y lo que pienses que son los demás jugadores.
La mecánica del juego es muy buena,
mezcla de suerte, picardía, socialización y estrategia. Para añadir
todavía más aliciente a las partidas el propio autor propone unas reglas opcionales:
1) Los mineros que tengan una carta de sabotaje (pico roto, linterna o vagoneta) delante de ellos al final de una ronda, no reciben cartas de pepitas de oro si su equipo gana la ronda. Las cartas de pepitas de oro se distribuyen sólo entre los mineros que no hayan sido saboteados. Los saboteadores no se ven afectados por esta regla.
De esta forma también hay competencia entre los mineros, haciendo que ganar sea un poco más fácil para los saboteadores.
2) Independientemente del número de jugadores, se añade siempre el minero que lleva chaqueta roja a las cartas que serán repartidas. Este minero es el enano egoísta: sólo puede ganar si es capaz de realizar la última conexión con la pepita de oro. En ese caso consigue 4 pepitas de oro, mientras que los otros jugadores no consiguen nada.
Si otro minero hace la última conexión, entonces el minero egoísta no obtiene pepitas de oro. Se reparten tantas cartas de pepitas de oro como la cantidad de jugadores menos uno.
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